Todo es relativo, a veces nada lo es todo y otras todo, no nos implica nada.

Quién nos diría que una vida entera nos parece poco, pero que 10 minutos basten para llamarlo eternidad cuando no estamos cómodos. Que la simpleza de un gesto nos llene, pero que lo complejo no nos diga nada. Que el silencio hable por sí solo, pero que hayan conversaciones que nos parezcan solo ruido. Arriesgarse y que salga bien, pero no hacerlo y que duela. Que quieras sentir y no puedas y que sin quererlo lo consigas. Que no queramos escuchar una verdad. Que queramos estar lejos para estar más cerca.

Porque todo es relativo, a veces nada lo es todo y otras todo, no nos implica nada.